Colección PANTAY -que en Quechua significa: error o equivocación- se adueña de la idea de que errar es humano, afirmando que la imperfección es la perfección justificada, es tangible, es natural, se vale por si misma; mientras que la perfección se justifica por el control, mantiene un orden artificial, no es natural y es, por lo tanto, inútil en cierto modo.

Al buscar la perfección uno apunta a un ideal, pero en lo imperfecto, en el error o en la equivocación aceptamos lo que es natural; lo que tiene que ser, que es en definitiva lo que nos enriquece y nos deja ser honesto. PANTAY toma como imperfecta una de las técnicas de tejido (a telar) en lana de oveja elaborado en la zona centro-oeste de la provincia de Santiago del Estero (Argentina), trabajando con las tejedoras desde la empatía, donde las emociones y el esfuerzo y error humano están presentes y forman parte del producto final desde la definición e intensidad del color hasta el último hilo tejido, haciéndolo imperfecto por naturaleza, es decir, haciéndolo humano.